Alumnos, trabajadores y amigos de la UDEP oraron por la paz en el mundo y por el descanso eterno de los miembros de la comunidad universitaria y familiares que fallecieron durante la pandemia.
Por Dirección de Comunicación. 07 abril, 2022.
El jueves 17 de marzo, autoridades, trabajadores y estudiantes de Campus Lima participaron en la Santa Misa para pedir por la paz mundial, en el marco de las guerras que cruentan el mundo actualmente. Además, se pidió de manera especial por las almas de los miembros de la comunidad UDEP y de sus familiares, que fallecieron durante la pandemia del COVID-19.
El padre Juan Armas, capellán de Campus Lima, presidió la celebración litúrgica. En la homilía, resaltó que estar en paz no significa no tener dificultades, sino mantener la serenidad en medio de estas: “¿Qué podemos hacer nosotros? Poner nuestra confianza en el Señor. Rezar pidiendo la intercesi ón de la Virgen, y acompañarla en su suplicas al Padre para que acorte este tiempo de prueba, de dolor y sufrimiento”.
Al término de la celebración, el rector Antonio Abruña y el Vice Gran Canciller de la Universidad de Piura, el P. Ángel Gómez-Hortigüela, acompañaron al personal de la universidad en un pequeño encuentro corporativo para trabajadores, organizado con motivo del inicio de las actividades presenciales en el campus.
Durante el encuentro, el vicerrector de Campus Lima, César Calvo, invitó a todos a aprovechar esta oportunidad para redescubrir la presencialidad, forjando un ambiente de cercanía, porque “poco a poco nuestros alumnos irán notando que no solo nos interesamos o preocupamos por ellos, sino que también nos interesamos unos por otros”.
Asimismo, el rector agradeció a los asistentes por el trabajo realizado durante la pandemia: “recuerdo el 13 de marzo cuando tomamos la decisión de pasar a la virtualidad, no sabíamos qué pasaría y, gracias al trabajo esforzado de cada uno de ustedes, ha ido razonablemente bien. Estoy totalmente de acuerdo con la cercanía de la que ha hablado el vicerrector y, por eso, me sumo a sus palabras”.
A su vez, el P. Ángel agradeció a los presentes y, especialmente, a Dios, por permitir que la comunidad universitaria pueda estar reunida nuevamente. Además, destacó la importancia de retornar con alegría, manteniendo la unión mostrada durante el trabajo remoto: “a pesar de haber estado todos dispersos geográficamente, he visto muchas muestras de solidaridad, cariño y de oración en este tiempo. Y, eso se tiene que seguir notando”.
Consagración de Rusia y Ucrania
Una semana después, el padre Juan Armas convocó a la comunidad de Campus Lima para a unirse a la Consagración de Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María, realizada por el papa Francisco el 25 de marzo en Roma. Para hacer más tangible las oraciones, los asistentes elevaron globos blancos al cielo, manifestando sus peticiones a la Virgen.
En signo de comunión con esa Consagración, al final de la misa celebrada ese día en Campus Piura, el capellán mayor, P. Ricardo González, invitó a elevar una oración al Inmaculado Corazón de María.
